Los expertos en el TDAH indican que el tratamiento más eficaz es multimodal, la combinación de tratamiento psicológico y farmacológico, igual que resulta fundamental la intervención familiar y escolar mediante ciertas pautas.  Sin embargo, es necesario siempre el tratamiento combinado psicológico y farmacológico que los expertos recomiendan para tratar el TDAH?

Este es un tema bastante delicado y no me gustaría tratarlo con frivolidad. Por tanto, mi primer consejo es que cada familia siga los consejos de su especialista porque cada caso es único y personal, existen diferentes tipos, diferentes intensidades y posibilidades de otros trastornos asociados, por tanto hay que acudir a un especialista de confianza y seguir sus recomendaciones en cada caso.

Aquí solo doy mi opinión e insisto, no soy médico, ni psicólogo, ni especialista de nada, solo ofrezco mi experiencia personal como madre de un niño con TDAH.

En la mayoría de los casos si el trastorno afecta a los diferentes ámbitos de la vida del niño la mayoría de los expertos suele recomendar medicación. Sin embargo, puede haber casos en que los niños funcionen sin medicación, igual que hay muchos niños medicados a cuyas familias se les critica porque parece que le den medicación a su hijo porque no son capaces de controlarlos cuando su “obligación” sería hacerlo sin medicación.

En muchos casos me he sentido así, he tenido que ocultar o reconocer con cierta vergüenza que mi hijo estaba medicado, y he oído de todo….desde gente que me habla de los efectos negativos de la medicación como si estuviera envenenando a mi hijo, hasta los propios médicos de cabecera o pediatras no especializados que me miran como si estuviera igualmente loca por medicar a mi hijo. Insisto, hay que elegir un especialista de confianza y seguir sus consejos porque nadie somos especialistas en todo y para eso están los expertos.

Lógicamente a ninguna madre le gusta medicar a su hijo, de hecho cuando me plantearon esa opción estuve un año negándolo. Cuándo cambié de opinión…cuando me di cuenta que mi hijo estaba sufriendo, que era el centro de atención en todos los sitios por su comportamiento, que molestaba a todos los demás niños en clase, que su nombre estaba siempre en boca de todos y no precisamente para premiarle por su buen hacer… aposté por los beneficios que me ofrecía la medicación cuando me di cuenta que mi hijo no era feliz y que era capaz de dar mucho más porque su cociente intelectual era muy elevado. No porque quisiera que mi hijo fuese el más listo, sino porque él mismo se sentía frustrado al no poder hacer cosas que sabía hacer, o porque un día sabía hacerlo y al día siguiente era incapaz de prestar la atención para lograrlo.

El neurólogo de confianza nos aseguraba sin cesar que hoy en día los efectos secundarios estaban muy controlados, que llevaba años tratando a pacientes medicados, que tenía adolescentes que no entraban por la puerta de altos, que tenía pacientes con carreras universitarias brillantes, que íbamos a notar una mejoría importante en la ambiente familiar que era ya insoportable. Y, efectivamente tengo que reconocer que mi hijo está mucho más feliz en el colegio, está más integrado socialmente porque sus amigos ya no lo ven como el niño que molesta siempre, que es capaz de sociabilizar muchísimo mejor, que el estrés familiar ha disminuido notablemente y hemos evitado de momento el fracaso escolar porque las notas en el colegio son todo un logro para él.

Cuando saca una buena nota en aquellas asignaturas que le gustan o consigue un premio del profesor su cara de felicidad merece la pena.

También a mi juicio hay una parte negativa de la medicación: hay que conseguir ajustarle la medicación (tanto la dosis como el tipo de fármaco y eso puede costar), al principio parece la panacea y luego los efectos se “suavizan” (la primera vez que le dimos medicación se hizo entero el cuaderno de deberes, tanto que nos asustamos), hay temporadas en que parece que la medicación no le cause efecto alguno (lógicamente hay temporadas en que el niño está más alterado o más cansado y la medicación no parece tan eficaz,  hablo de mi caso), la medicación que mejor funciona en el caso de mi hijo tiene una curva de liberación prolongada y tarda un poco en hacer efecto, por lo que el profesor a veces tiene que evitar los exámenes a primera hora de la mañana.

Aun así tengo que reconocer que me sigue costando mucho medicarlo, que le doy la mínima dosis y el mínimo de lo prescrito, y que por las tardes cuando sale del colegio si no tiene necesidades escolares específicas no le doy medicación alguna…con medicación es mucho más fácil, sin medicación hay tardes mejores y tardes terribles. Sin embargo, por las tardes funcionamos con sistema de pautas estrictas y rutinas, eso sí la rutina es vital porque necesita saber en cada momento qué toca hacer y qué consecuencias tiene para evitar explosiones de comportamiento, gritos y disgustos varios. Muchas tardes básicamente sobrevivimos en casa con tres niños y un TDAH. No obstante, también sé que la necesidad de medicación por las tardes se acentuará en los siguientes cursos escolares porque los deberes serán diarios.

Me gusta mucho esta frase que escuché una vez en una de las mil charlas y talleres de padres a los que asisto para no volverme loca: donde está el límite? Cuándo hay que medicar? EL TDAH HAY QUE TRATARLO CUANDO TE AFECTA. Cuando se considera que está afectando? Cuando sea una limitación objetiva o subjetiva, cuando no puedes hacer algo que sin TDAH podrías hacer, es decir, cuando tiene la capacidad para hacer algo y sin embargo no puedes hacerlo. Hay veces que no tenemos la capacidad y eso es algo distinto, pero si tenemos las capacidades para hacerlo ¿Por qué no podemos ayudarnos para conseguirlo? El objetivo de la medicación es disminuir o controlar los efectos negativos del TDAH, mejorar el rendimiento escolar, evitar problemas de conducta, la medicación puede permitir sacar su potencial para que el esfuerzo que realiza no sea infructuoso.

En definitiva, la decisión de medicar a tu hijo con TDAH es absolutamente personal, no permitas que nadie te juzgue por ello y asesórate de los mejores expertos que te puedan recomendar en cada caso lo mejor para tu hijo.