Diagnóstico y tratamiento

paciencia-madre-ciencia-tdah-contigoPor desgracia a fecha actual no existe ninguna prueba ni médica ni psicológica que determine que un niño tiene TDAH, el diagnóstico es exclusivamente clínico. Para ello, se deben realizar diferentes pruebas por parte de profesionales especializados para descartar otras anomalías y poder acertar en el diagnóstico del TDAH y sus comorbilidades más frecuentes.

Tipos de pruebas clínicas

Con carácter previo se deben realizar exploraciones físicas para descartar otras patologías (pruebas de audición, visión, exploración física) y, muchas veces, se solicitan pruebas médicas para descartar anomalías: Informe de EEG, para concluir si tiene una actividad bioeléctrica cerebral normal para su edad; RM cerebral, para descartar anomalías morfológicas; Estudio electroencefalógrafo, para descartar alteraciones de la actividad cerebral.; Pruebas del sueño, etc.

Fundamentalmente, los profesionales especializados en la materia deberán entrevistarse con el niño, con los padres, revisar los antecedentes familiares y obtener información del centro escolar.

  • El diagnóstico debe seguir los criterios estandarizados internacionalmente del DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Americana de psiquiatría, APA) o CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades Mentales realizada por la Organización Mundial de la Salud, OMS). Los criterios específicos que se incluyen recogen un listado similar de 18 síntomas referidos a conductas de desatención, hiperactividad e impulsividad.
  • Informe psicopedagógico del colegio, estas pruebas determinan por comparativa la capacidad de memoria, de discriminación visual, de coordinación, etc., y son útiles para evaluar la madurez lectora, madurez para la escritura, madurez para el cálculo y madurez para el aprendizaje, que suele ser baja en alumnos con TDAH.
  • Estudio neuropsicológico: no es imprescindible pero puede ser útil pues se realizan diferentes tipos de pruebas consistentes en test de tiempos de reacción, para determinar si el sistema pre-atencional o estado de alerta muestra una velocidad de respuesta lenta para su edad; test de atención, para evaluar la atención y el nivel de fatiga en un periodo de tiempo corto; test de atención selectiva para evaluar la discriminación atencional; test de memoria; test de inteligencia, o cuestionario de madurez neuropsicológica.

Incluso con un cociente intelectual alto, los niños con TDAH suele mostrar unos tipos de reacción más lentos, una atención anormal, unos mecanismos inhibitorios de control escasos, un escaso aprovechamiento de la memoria secuencial auditiva y memoria de textos, así como cierta falta de madurez.

Todas estas pruebas no son preceptivas, dependerá de cada caso concreto, pero sobretodo de la elección del profesional adecuado con la especialización pertinente que efectúe un correcto diagnóstico.

El correcto diagnóstico según los expertos debe realizarse a partir de los 6 años, cuando normalmente se detectan los síntomas en la etapa escolar, sin embargo, la  sintomatología propia de la hiperactividad/impulsividad puede aparecer en una edad más temprana.

Diagnóstico

Los subtipos de TDAH según la DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Americana de psiquiatría, APA) serían los siguientes:

  • Tipo con predominio del déficit de atención. Más frecuente en niñas, según los expertos afecta aproximadamente a un 30% de las niñas y un 16% de los niños diagnosticados, puede ser más difícil de detectar en algunos casos dado que no presentan problemas de comportamiento, ni signos evidentes de actividad corporal excesiva.
  • Tipo con predominio de la impulsividad-hiperactividad. Menos frecuente, según los expertos afecta a un 7% de las niñas y un 3% de los niños diagnosticados.
  • Tipo combinado, presenta síntomas de inatención, impulsividad e hiperactividad. Es el más frecuente, según los expertos afecta a un 60% de las niñas y un 80% de los niños diagnosticados.

Además conforme los criterios de la DSM el TDAH puede ser de gravedad leve, moderada y grave.

Los síntomas de hiperactividad tienden a disminuir durante la infancia, mientras que en un alto porcentaje la inatención y la impulsividad permanecen en adolescentes y adultos. Según los expertos el pronóstico será más positivo para una correcta adaptación en la edad adulta cuando predomina la inatención más que la hiperactividad-impulsividad, no se desarrollan trastornos de conducta, y las relaciones familiares y sociales son adecuadas.

Tratamiento

Un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado influirá muy positivamente en la correcta evolución de un niño con TDAH. Los expertos recomiendan el tratamiento multimodal para el TDAH:

Tratamiento psicológico

Normalmente desde el punto de vista terapéutico se recomienda tratamiento psicológico (entrenamiento neuropsicológico y psicopedagógico en algunos casos) a fin de entrenar las funciones ejecutivas, el control de impulsos y desarrollar estrategias de comportamiento. Y sobre todo, algo que muchas veces olvidamos y es fundamental, dar orientación y pautas para los padres de los niños con TDAH.

Tratamiento farmacológico

Los tratamientos con metilfenidato (estimulantes) y la atomoxetina (no estimulantes) son los fármacos recomendados en la actualidad para tratar el TDAH en niños.

El tratamiento farmacológico debe plantearse de forma individualizada por un médico cualificado y experto, además se debe realizar un examen físico que incluye medición de la presión arterial, frecuencia cardíaca, peso y talla. Asimismo, mucho expertos recomiendan un análisis de sangre al menos una vez al año.

La medicación debe revisarse en función del peso del paciente y debe seguirse un control por el medico al menos cada tres o seis meses.

Los expertos no recomiendan de manera sistemática los periodos de descanso del tratamiento farmacológico ya que pueden conllevar un empeoramiento de la sintomatología del paciente, en muchos casos los periodos de descanso se realizan con el objetivo de evaluar la necesidad de mantener el tratamiento o reducir posibles efectos adversos derivados del mismo.

Tratamiento psicopedagógico

Así como es fundamental dar pautas conductuales a los padres de los niños con TDAH, también es fundamental la colaboración entre padres, educadores y profesionales.

Según la Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en Niños y Adolescentes del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad del año 2010 (GPC): “Los niños y adolescentes con TDAH precisan de un programa de intervención  individualizado en la escuela que incluya aspectos académicos, sociales y conductuales Los programas en la  escuela para el TDAH deben implicar a la mayor  parte del cuadro docente para facilitar su eficacia. Los programas en las escuelas para el TDAH pueden incluir: adaptaciones en el aula, entrenamiento para docentes, técnicas de modificación de   conducta y otras estrategias de manejo del TDAH en el aula (aplicación de normas y límites, presentación de las tareas,  sistemas de evaluación del  alumno con TDAH, etc.). En niños y adolescentes con TDAH y repercusión en el rendimiento académico se recomienda un tratamiento individualizado y específico de enseñanza en habilidades y competencias académicas cuando el TDAH tiene un impacto significativo en la competencia académica  del niño o del adolescente, las escuelas deberían llevar a cabo adaptaciones para ayudarles en el aula. Es recomendable que los docentes reciban formación que les capacite para la detección de señales de alerta del TDAH, y para el manejo del TDAH en niños y adolescentes en la escuela”.

Sin embargo, aunque parezca sorprendente nada de esto existe todavía, no hay un protocolo de actuación obligatorio a nivel escolar en nuestro país.

Según la moción aprobada por unanimidad en el Senado el pasado día 14 de octubre de 2015 por la que se insta al Gobierno a protocolizar el abordaje de los pacientes con TDAH: “El Senado insta al Gobierno a, en colaboración con las comunidades autónomas y en el seno del Consejo Interterritorial de Salud, protocolizar el abordaje de los pacientes con TDAH, mejorando sobre todo la transición del adolescente desde los servicios infantiles de psiquiatría hasta los de adulto, a través del establecimiento de programas que mejoren la comunicación entre psiquiatría infantil y los servicios de adulto, para que esta transición sea mucho más organizada y protocolarizada; y en el ámbito educativo, colaborar con las comunidades autónomas para la puesta en común de protocolos de actuación y buenas prácticas en la atención a los alumnos con TDAH”.

Existe un manifiesto al respecto para lograr un Protocolo de Actuación para el TDAH que se denomina “Escuelas 360º” firmado por varias asociaciones de padres de familiares con TDAH de la Comunidad Valenciana. 

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