TDAH Y CAMBIOS DE COMPORTAMIENTO.
Demasiada calma….cuándo explotará la tempestad.
Después de unas vacaciones moviditas me daba mucho miedo la vuelta al cole, los cambios, las nuevas rutinas y, sin embargo, nada, todo calma, un niño nuevo, ¿me lo habrán cambiado? Relajado, dialogante, súper sociable con sus amigos, encantador con sus hermanos, más paciente. No hay gritos ni peleas.
Es que lo miraba y no me lo creía. Todo fluye con calma a nuestro alrededor.
Luego analizo, porque los padres de niños con TDAH siempre estamos expectantes, nunca nos relajamos. Cuando todo parece calma a nuestro alrededor miramos de reojo para ver qué está pasando, cuando hay un momento de silencio entramos cien veces en la habitación para asegurarnos que respira, si está con los hermanos y no pelean nos aseguramos que no haya muertos, si esta con sus amigos jugando tan tranquilo observamos en la distancia que la cosa no se tuerza. Nos relajamos poquito la verdad, pero es que sabemos que la calma no durará mucho y rara vez nos equivocamos.
Por eso analizo, ¿con tanto cambio como es que va todo tan bien? y concluyo: «la emoción de la novedad«. El nuevo curso, nueva clase, nuevos compañeros, nuevos deportes, nuevo equipaje, nuevos libros, nuevas zapatillas, nuevo cuadro de recompensas. Los cambios les alteran más, sí, pero la emoción de la novedad les motiva mucho, muchísimo.
Y de repente tras dos semanas de colegio todo cambia, lo observas que empieza a estar más nervioso, a morderse las uñas, a rechinar de nuevo los dientes, protesta por las mañanas ante cualquier nimiedad, no quiero esos zapatos, no me gustan esos calcetines, no consigues que haga nada solo, no hace caso de ninguna de las órdenes, no deja de pelear con sus hermanos, los amigos que lo buscaban empiezan a protestar porque les molesta y llega el temido momento: la primera cita con el profesor.
Y ahora la que tengo que motivarme soy yo, nuevo curso, seguimos la lucha de nuevo desde el campo de batalla, en pie de guerra, esto no acaba no nos engañemos por esos periodos de paz que nos conceden, su naturaleza hiperactiva/impulsiva y sus problemas de atención siguen ahí, es una montaña rusa, pero somos su coach personal, su defensor y su guerrero para hablar con el profesor, exponer todas sus virtudes (que son muchísimas) y pedir aquello que nuestro hijo necesita.
Porque juntos podemos!
Cuando el mar está en calma todo el mundo puede ser timonel, lo difícil es serlo en la mayor de las tempestades.