Tengo un propósito para este verano. Buenos tengo muchos como establecer rutinas, no gritar, tener paciencia, intentar descansar, etc., básicamente sobrevivir al verano. ¡Pero este plan mola!
Tengo un propósito para este verano: «disfrutar» al máximo un ratito cada día de mis vacaciones con mi hijo TDAH.
Sabemos que la vida con un niño TDAH es intensa y agotadora pero también puede ser apasionante, porque si algo tienen nuestros hijos es pasión en todo lo que hacen, para lo bueno y para lo malo. Con un niño con TDAH lo que no haces nunca es aburrirte. La aventura es inherente a nuestros hijos, también la diversión, la imaginación, el sentido del humor, la espontaneidad, la emoción, la energía, nos hacen buscar planes y ser intrépidos aunque no lo queramos solo para ellos.
Y es que los niños con TDAH tienden a aburrirse más fácilmente y por eso necesitan la búsqueda constante de novedades y estímulos.
Hemos dicho muchas veces que un niño TDAH motivado es extraordinario, este verano vamos a intentar disfrutarlo. Cada día algo, lo que sea, pero estimulando al máximo su imaginación y fantasía que es desbordante. Aprender a surfear con la tabla, llegar a una isla, entrar a una cueva, buscar bichos por el monte, visitar un castillo, subir una montaña, salir de noche a buscar gamusinos…cualquier cosa pero en modo aventurero/explorador como Gerónimo Stilton.
Sé que no podemos dar a los niños todo lo que piden y que eso no es educar, pero ese ratito será todo un SI mayúsculo. Esa hora diaria será para que acabe cada día diciendo que sus padres son los mejores del mundo, porque a cariñoso no le gana nadie, y que además es el mejor verano de su vida. Porque ellos viven un presente continuo, por eso si ha tenido un estímulo importante en su día para él será: “el mejor día del verano y el mejor verano de su vida”.
OJO ADVERTENCIA¡ Imprescindible: armar la mochila de paciencia, motivación y no olvidarnos que es un plan para los niños. Porque muchas veces salimos a hacer algo en familia con toda la ilusión y volvemos a casa con toda la familia gritando y enfadada. NO, error, eso nos ha pasado a todos… No se trata de ir a cenar por la noche cuando están agotados a ese restaurante que tiene tan buena pinta, tus hijos no opinan lo mismo, se aburren, se portan mal y termina mascándose la tragedia.
REPETIMOS: plan de niños, horario de niños, armados de paciencia y motivación para darle ese ratito a él y solo a él. Cuando acabe el plan del día si puedes ir sin niños vete a ese restaurante tan chulo. Te lo has ganado!