Ahora que está acabando el curso escolar, he pensado que podría ser un buen momento para escribir unas líneas sobre mi hijo TDAH. No quiero escribir nada sobre la forma de actuar de un niño con TDAH, ni sobre el carrusel de emociones que se vive en una familia así, pues en un foro así estoy seguro que hay artículos mucho mejores que éste para describirlo.
Simplemente quiero compartir la evolución de mi hijo con los demás, para contagiar optimismo en esos momentos que todos los padres tenemos en los qué es difícil encontrarlo.
Este último año han sido muy muy positivo para él, habiendo demostrado una capacidad de evolución bestial a todos los niveles.
En el colegio ha tenido mucha suerte con el tutor que le ha tocado, muy sensible a la singularidad de mi hijo, y ha conseguido tener una estabilidad en el grupo de amigos alrededor del equipo de futbol que le ha venido fenomenal. Eso unido a su inteligencia y alegría continua le han permitido progresar de manera alucinante durante este año. Ha sacado buenas notas, ha mejorado mucho en sus relaciones y ha mejorado mucho jugando al futbol. Nos da la sensación de que empieza a asentar una idea fundamental y es que el trabajo y el esfuerzo (en su caso tiene mucho más mérito) dan siempre sus frutos.
Esa evolución no solo ha sido a nivel académico y social, sino también a nivel familiar, donde la convivencia hoy también es mucho mejor (en gran parte sin duda gracias a él). En general, creo que se ha convertido en un niño mucho más maduro a todos los niveles, aunque claro está con momentos de emoción a raudales.
Nosotros, los padres, también creo seguimos mejorando. Es evidente que ese carrusel de emociones muchas veces te arrastra, pero creo que vamos aprendiendo a lidiar de una manera más positiva con la situación de convivir en una familia con un niño TDAH, y a valorar una forma de actuar distinta. Ver cómo evoluciona y cómo el esfuerzo de todos da sus frutos, es algo maravilloso.
Si algo he aprendido durante estos años es que mi hijo TDAH no solo es un torbellino, sino que es una persona maravillosa que tiene una forma de actuar única y original, que nos enseña todos los días que hay una manera distinta de hacer las cosas al modo convencional, y que en la mayoría de casos ¡también funciona!. Y también he aprendido que como padres solo tenemos que darles las herramientas para que todas esas habilidades las puedan desarrollar a tope.
Hoy escribo esto después de que esta noche haya llamado muchas veces antes de dormirse, y de que se haya despertado con pinta de que hoy va a ser un día movidito. Da igual; es evidente que hay días que parecen una vuelta atrás, y pese a que hay días que te preguntas si todo el esfuerzo sirve de algo, lo cierto es que sirve de mucho.